Viaje a Darjeeling, dirigida por Wes Anderson y protagonizada por Adrien Brody y Owen Wilson, llega a las carteleras españolas convertida en el estreno más sonado del fin de semana. Otras obras destacadas son Across the universe, musical inspirado en The Beatles; La sombra del cazador, drama y a la vez comedia negra sobre la guerra de los Balcanes; Halloween: El origen, una versión de La noche de Halloween, y This is England, una historia de skins vista con los ojos de un adolescente problemático.
--La India es sinónimo de caos, y sus películas son muy metódicas. ¿Cómo resolvió ese conflicto?
--La India es un lugar incontrolable, y hacer una película es cuestión de orden. Planeas un calendario y un presupuesto, y cuanto mejor sea ese plan, mejor será el resultado. Pero en la India no hay planes que valgan, porque una tarde decides que al día siguiente rodarás unos planos de una choza marrón, y por la mañana esa choza está pintada de azul con florecitas. El filme no se parece en nada a lo que tenía en mente.
--Rodar gran parte del filme en un tren no debió de ser fácil.
--No, pero yo siempre había querido hacer una película en un tren, porque es una localización móvil que avanza a medida que lo hace la historia. Ya situé una película en un barco. Pero el punto de partida de Viaje a Darjeeling no fueron ni el tren ni la India. Hacía tiempo que quería escribir un guión con Jason Schwartzman y Roman Coppola. Me encanta trabajar con mis amigos.
--¿Se puede retratar un país así sin parecer un turista arrogante?
--Claro que no, pero los protagonistas de la película son tres hermanos que ignoran esa cultura y, en la primera parte de la película, ni siquiera parecen interesados en ella. Yo no pretendería escribir jamás acerca de esta cultura desde ningún punto de vista que no fuera el occidental. Hasta que hice la película, solo la conocía por el cine de Satyajit Ray, por El río, de Jean Renoir, y por las viejas películas de Merchant-Ivory y documentales como Calcuta, de Louis Malle. Todas esas fuentes me inspiraron.
--También los viajes a la India de The Beatles...
--Sí, casi sin darnos cuenta. Jason Schwartzman parece uno de ellos, con ese bigote y paseándose con ese traje y descalzo, como si estuviera en la portada del Abbey Road.
--Ese personaje protagoniza Hotel Chevalier, el magnífico corto que precede al filme. ¿Por qué él?
--Hotel Chevalier y Viaje a Darjeeling se concibieron como dos proyectos independientes y solo con el tiempo convergieron. Al final, el corto aporta ciertas pistas que luego se desarrollan en el largo. Es como un juego. Dicho esto, me siento muy cercano a ese personaje. Es una película muy personal, nunca antes había hecho una que lo fuera tanto. De hecho, cuando Jason, Roman y yo viajamos a la India, teóricamente para documentarnos, lo que en realidad perseguíamos era protagonizar la película, vivirla. Ser la película incluso antes de que esta existiera.
--¿Qué tiene la fraternidad que le resulta tan fértil a la hora de contar historias?
--Pasé los primeros 20 años de mi vida con mis dos hermanos. Nos peleábamos todo el rato, pero son las personas de las que me siento más cerca en este mundo. Aparte de ellos, he pasado mucho tiempo con Owen, Luke y Andrew Wilson, tres hermanos que son como los míos propios, porque he vivido con ellos durante muchos años.
--¿Es importante para usted que sus obras lleven su sello?
--Mi prioridad es contar historias nuevas que entretengan. Hay quien dice que hago películas para rascarme el ombligo o para demostrarles a todos que soy cool risas. Otros dicen que siempre hago la misma película. Sí, hay cosas que se repiten. No me importa que mis obras sigan una misma corriente de pensamiento o que se las coloque juntas en una estantería. Pero me sorprende que se diga que The life aquatic es como Los Tenenbaum pero en un barco.
--¿Viaje a Darjeeling es una reacción a The life aquatic, obra con la que usted se siente menos contento?
--Fue una película complicada, con grandes decorados y un barco gigante, y muchos días de rodaje en alta mar. Gastamos 58 millones de dólares, pero no nos tomamos la molestia de hacer una película accesible, y no creo que sea el enfoque correcto si gastas tanto dinero. Se rodó en 100 días, y a mí me gusta trabajar más rápido. Con Viaje..., nos esforzamos en rodar más rápido por menos dinero. Es como mejor trabajo.
lunes, 7 de enero de 2008
Wes Anderson: "Mi prioridad es contar historias que entretengan"
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