viernes, 13 de marzo de 2009

Félix Viscarret habla de Wes Anderson


Víctor me pasó hace bastante ya un link que al final de la nota les dejo. Era de una entrevista a Feliz Viscarret (de quien aún no he tenido la suerte de conocer su trabajo) en la que habla específicamente de Wes Anderson (pues yo ya les había dejado en el blog una breve mención en otra entrevista a él).

Enjoy!


Félix Viscarret habla de Wes Anderson

Félix Viscarret ha estrenado su primera película este año. Se titula 'Bajo las estrellas' y es candidata a siete premios Goya, entre ellos el de mejor director novel. Le gusta descubrir nuevas películas que le hagan disfrutar como espectador y le estimulen como director. Wes Anderson es uno de sus directores contemporáneos favoritos, un cineasta de su tiempo en el que le gusta mirarse y verse reflejado. Se ha prestado a hablar sobre él en este blog.

¿Cómo llegaste a Wes Anderson?
Fue en unas vacaciones de navidad en las que decidí invadir la casa de un amigo en Nueva York. Empecé a leer en varios sitios sobre la película 'Rushmore'. Hablaban de ella como de un nuevo tipo de comedia, muy personal, entonces casi de culto. Como además estaba protagonizada por el gran Bill Murray, me picó la curiosidad y la vi con mis amigos. Y como nos gustó tanto, luego tuvimos que volver a verla un par de veces. Cuento esta anécdota absurda (Nueva York, la nieve, invadir el piso de un amigo) porque ahora me parece que es una situación bastante 'andersoniana'.

¿Puedes hablarme de los placeres que te produce como espectador?
Tú has comparado a los Tenembaums con la familia Glass, y el caso es que antes de los 'Tenembaums', cuando vi 'Rushmore' pensé en 'El guardián entre el centeno'. Sé que esto puede sonar a sacrilegio. No quiero decir que sea una adaptación libre ni mucho menos, es sólo la forma en que Wes Anderson se recrea o rinde tributo a determinados temas o al universo de la novela de Salinger: el adolescente en crisis, los bandazos que damos en esa edad, los problemas escolares, el amor, la amistad…

Si pienso en los grandes placeres que me han dado algunas de sus películas, reconozco que el tono me parece maravilloso. Es melancólico y al mismo tiempo humorístico. Me río con las excentricidades de sus personajes, con sus debilidades… y al mismo tiempo esas debilidades tan humanas me hacen querer a esos personajes, identificarme, sentirlos como seres entrañables. Personajes que cobran vida en tu interior después de que haya terminado la película. Te gustaría seguir sabiendo cosas de ellos.

Para no ser demasiado pedante, voy a poner un ejemplo al azar, que me vino a la cabeza el otro día y que me parece mítico. Ojo, quien no haya visto 'Bottle Rocket' (estrenada aquí con el inefable título de 'Quien roba a un ladrón'), quizás debería dejar de leer esta parte, no sé. Hacia el final de la película, el personaje de Owen Wilson termina en la cárcel porque lo que iba a ser su primer gran golpe no ha sido más que una encerrona. Le visitan sus amigos. Owen les enseña a lo que dedica su tiempo en la cárcel: a hacer chapitas de metal y hebillas para cinturones. Son un regalo para el mafioso de poca monta (James Caan) al que él admira. Sus amigos le dicen que James Caan les ha traicionado, delatado y robado. Por su culpa Owen ha acabado en la cárcel. Al oírlo, Owen coge las hebillas y piensa en no entregárselas a James Caan, pero finalmente dice: 'qué demonios, sin resentimientos' y se las da de todas formas... Como digo, es un ejemplo al azar, pero aparte de divertido, ¿no convierte a este personaje en un ser adorable? Y así nos despedimos de este personaje, con cierta melancolía al verlo adentrarse en la cárcel, pero al mismo tiempo sin poder borrar una sonrisa de nuestra cara por lo genial que es.

El universo de Wes Anderson que a mí me emociona está lleno de este tipo de historias de entrañables perdedores que no han encontrado su sitio, y de sus pequeñas superaciones de conflictos personales, sus íntimos procesos de catarsis, de redención…

También me encanta el estilo visual de Wes Anderson, pero reconozco que para mí ahí radica últimamente una tendencia manierista que, unida a guiones más libres, hace que sus últimas dos películas ('Life Aquatic' y 'Viaje a Darjeeling') no sean de mis favoritas. ¿Cuáles prefieres?
Como puedes ver, me quedo con las tres primeras, que son las tres que él co-escribió con Owen Wilson, su amigo desde la universidad y actor fetiche. Soy de los que empiezan a pensar que el guionista genial es Owen, o que a la hora de escribir el uno sin el otro ya no son lo mismo.

Muchos de mis amigos hablan de 'Rushmore' como su mejor película, y reconozco que yo dudo mucho entre 'Rushmore' y 'Los Tenembaums' a la hora de elegir mi favorita. Desde mi punto de vista, que es subjetivo como todos, creo que 'Los Tenembaums' es la que más gana con los visionados posteriores, a la que se le encuentran más niveles de lectura con el paso del tiempo y por eso la considero la más completa, la que mejor refleja el mundo de Wes Anderson. Es la más bella, la más melancólica, la que tiene los personajes más jodidos y más adorables.

¿Te ha influenciado como cineasta?
Seguro que sí, como todo lo que nos gusta en la vida. Tratas de aprender de las películas que te emocionan. Seguro que se queda un poso en tu subconsciente. Soy más fan de películas concretas que de obras completas de directores, y aún así veo que de entre mis películas de cabecera hay tres de Wes Anderson. Eso querrá decir algo. Quizás no se vea una influencia clara en mi largometraje 'Bajo las estrellas' en lo que respecta a la puesta en escena, pero me gustaría pensar que me acerco a mis personajes, con sus debilidades, sus excentricidades y sus pequeños procesos de redención personal, con el mismo cariño con el que lo hace Wes Anderson a los suyos. Porque si no te enamoras como director de tus personajes, ¿cómo esperas que lo haga un espectador que no les conoce de nada? Supongo que eso es lo que nos enseña Wes Anderson. A mirar a las demás personas de nuestro alrededor con cariño, a identificarnos con ellas por muy piradas que parezcan, a sentirnos cercanos unos a otros. A mirar con humor hasta los momentos más tristes. Cosas que hacen que la vida merezca la pena, ¿no?


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